1.2.1. Estructura demográfica
En 2010 se contabilizan en la Comunidad Autónoma del País Vasco 339.048 chicos y chicas menores de 18 años, con una distribución por sexo bastante equilibrada (48,6% chicas y 51,4% chicos). Aunque en términos absolutos el número de menores ha aumentado respecto al de hace una década, su peso sobre el conjunto de la población desciende casi dos puntos porcentuales respecto al de entonces, representando en la actualidad el 15,6% del total de la población, algo menor al porcentaje de menores de edad del conjunto del estado español (17,5%). Centrando la atención en la dinámica evolutiva, no obstante, se puede observar que la progresiva reducción de los menores de 18 años en la población hasta fechas muy recientes y la nueva y, de momento, corta estabilidad de su peso en los últimos años, es similar a la dinámica que puede apreciarse en el entorno europeo.
La población menor extranjera supone el 7,4% de estos chicos y chicas, habiéndose incrementado en los últimos años (5,5% en el 2007). Aun así, la CAPV se sitúa a cinco puntos por debajo del 12% de población menor de edad extranjera registrado en el estado español.
Las proyecciones de población a corto plazo elaboradas por el Instituto Nacional de Estadística apuntan a una estabilización de la población menor de 18 años con una muy leve recuperación para el año 2018. La diferencia apenas supondrá un punto, de cumplirse las previsiones, por lo que cabe esperar que el panorama en cuanto a efectivos y estructura de esta población no varíe sustancialmente.
El peso reducido de la población menor de 18 años tiene una clara relación con las bajas tasas de fecundidad (1,33 hijos por mujer en la CAPV) que, pese a una ligera recuperación en los últimos años, siguen manteniéndose a más de medio punto del denominado "índice de reemplazo". Esta baja fecundidad tiene una clara relación con el retraso en el calendario de la maternidad, donde la Comunidad Autónoma del País Vasco se situaba en 2008 como la de edad media más tardía, algo por encima de los 32 años, siendo un fenómeno generalizado en el conjunto del estado español (la edad media está por encima de los 30 años) y no muy diferente de la experiencia europea.